EVENTOS ESTRESORES FAMILIARES
En
éste apartado se exponen cuáles son las principales causas del estrés que se
encuentran en el entorno social y familiar del individuo, siendo éste muchas
veces una fuente muy importante de estrés por los cambios o la forma en que
condicionan la forma de actuar y sentir del individuo
Como ya hemos expuesto
cualquier ámbito y situación vital puede llegar a ser estresante, en el seno
familiar y social existen toda una serie de experiencias gratificantes (como el nacimiento de un hijo),
pero también toda una serie de acontecimientos
de pérdida (por ejemplo perder un ser querido) que nos obligan a
readaptarnos de forma continuada.
El estudio de las
experiencias de estrés en
el ámbito familiar y social ha
recibido amplia atención desde una perspectiva clínica y de psicología social
de la salud. Por ello se han delimitado las siguientes circunstancias como más
significativas en cuanto a fuentes de
estrés:
- Estresores originados en el seno de la familia: Eventos normativos de la evolución familiar. Toda una serie de eventos que se producen a lo largo del ciclo vital familiar y surgen, de manera más o menos previsible, de acuerdo con las fases del desarrollo familiar, representan, en la medida en que implican cambios, fuentes de estrés familiar (p.e.: ingresos y salidas del colegio, bautizos, comuniones, bodas, abandono del domicilio de los hijos, jubilación, ...).
- Estresores originados en el seno de la familia: eventos ocasionales importantes, en general imprevistos: Estos eventos producen un nivel de estrés superior a los anteriores: La muerte de un hijo o una enfermedad grave; la separación de la pareja, el divorcio o la muerte prematura de la pareja; una enfermedad grave o un accidente importante de la pareja o de uno mismo, el cambio de residencia familiar, robo en el domicilio, y otros acontecimientos importantes, con frecuencia imprevistos, resultan fuentes de estrés.
- Estresores crónicos de la vida diaria familiar: Los diversos papeles que una persona desempeña en su vida diaria está plagada de conflictos, incertidumbres, presiones y pequeñas frustraciones que causan experiencias de estrés permanentes o recurrentes (por ejemplo el ejercicio de la paternidad o maternidad, cuidado de los mayores o ancianos, cuidado de un miembro enfermo, restructuración del papel que uno juega por separación o fallecimiento, disputas generacionales, situaciones continuamente precarias, conflictos intrapersonales e intrafamiliares, espacio reducido en el hogar, falta de climatización adecuada, trabajo de ambos cónyuges, ...)
- Las fuentes extrafamiliares de estrés familiar: Los distintos miembros de la familia desempeñan múltiples papeles (ocio, amigos, trabajo,...) además de los familiares. Esos roles producen situaciones de estrés (por mucha dedicación a ellos, por generar exceso de responsabilidades, por condicionar la vida familiar,..) y experiencias emocionales negativas (p.e.: aficiones arriesgadas con posibilidad de pérdidas económicas o físicas, precariedad en el empleo,..) que repercuten o son transferidas a las relaciones familiares, de una u otra forma. Por otra parte, como ya veremos, el trabajo es una importante fuente de estrés familiar. Aquí se puede señalar que no abordamos el tema de la incorporación de la mujer a la vida laboral y los problemas que ello ha generado por la falta de reajuste en los papeles establecidos socialmente y la falta de apoyo social, porque lo abordaremos como fuente indirecta de estrés laboral, junto con los conflictos familia - trabajo.
- Otros eventos incluidos en esa relación hacen referencia a aspectos extrafamiliares y extralaborales: problemas legales graves, experiencias traumáticas (violación), problemas con el alcohol o las drogas, problemas con los vecinos (hostiles, intransigentes, conflictivos,...), hipotecas y deudas importantes, vivir continuamente por encima del nivel (p.e.: exceso de pagos aplazados o abusivo uso de las tarjetas de crédito o débito), aclimatarse a un nuevo vecindario, sufrir un atraco o robo, cambios importantes en las actividades sociales, etc. Múltiples eventos sociales, económicos y de ocio resultan también estresantes y, al igual que ocurre con todos los estresores inciden en todas las facetas del individuo.
- En resumen destacar que el estrés está en la dinámica natural de la vida, en el funcionamiento diario de la sociedad y que todos hemos de padecer o convivir con algún estresor de forma más o menos continua por lo que deberíamos proponernos mejorar esta vida y esta sociedad, para tener menos elementos estresantes o mayores apoyos, que nos permitan tener un equilibrio para afrontar tanta posible situación estresante
Trabajos de Revisión
Las crisis familiares
RESUMEN
Con este
trabajo nos propusimos actualizar el tema de las crisis familiares. Se pone de
manifiesto que tanto los eventos propios del desarrollo, como los accidentales,
dan lugar a la aparición de crisis en la familia. Queda esclarecido, que no
necesariamente han de tener implicaciones negativas para la familia. Se hace
énfasis en la valoración del evento por la familia y su significación. Se
destaca el papel de los recursos familiares como protectores y moduladores de
las crisis. Por último se señalan algunos pasos a seguir en la intervención
familiar.
Descriptores DeCS: RELACIONES
FAMILIARES; ACONTECIMIENTOS QUE CAMBIAN LA VIDA.
Durante las diferentes etapas del desarrollo
familiar, la familia enfrenta diferentes momentos críticos del ciclo evolutivo,
que implican cambios tanto individuales como familiares, los que pueden
constituir un período de crisis.
En estos períodos de transición de una etapa del
ciclo vital a otra hay indefinición de las funciones, porque los miembros de la
familia están asumiendo un nuevo rol. El querer conciliar ambos funcionamientos
produce en ocasiones fluctuaciones, inestabilidades, transformaciones, que se
expresan en ciertos niveles de desorganización de la familia, y es lo que se
denomina como crisis evolutiva.1
Según Blaustein S. estas crisis son llamadas
evolutivas, porque están en relación con los cambios biológicos, psicológicos y
sociales de cada uno de los miembros de la familia, y con los cambios, en
consecuencia, de las pautas de interacción en el contexto familiar. En estas
crisis evolutivas se cambian las viejas pautas de interacción por otras nuevas
que posibilitan, a cada uno de los miembros de la familia, el desempeño de
nuevas funciones en sus roles, poniendo de manifiesto un desarrollo cada vez
más acabado de individuación y de una estructura familiar cada vez más compleja
y diferente a la anterior, lo que da lugar al crecimiento y desarrollo de la
familia.
Por su parte Louro I. plantea que en este
proceso de cambio predominan las tareas denominadas de desarrollo, las que
están relacionadas con las etapas del ciclo vital que necesariamente tiene que
atravesar la familia para desarrollarse, crecer y madurar. Cuando cada uno de
los miembros de la familia tiene bien definidas sus funciones y los roles
correspondientes al ciclo vital cronológico, va creándose una estructura
familiar organizada que le permite tener un desarrollo en su identidad familiar
y en la individualidad personal de sus componentes. Ahora bien, si en el
esfuerzo de reorganización familiar la propia estructura familiar, por su falta
de flexibilidad, no lo permite, aparecen entonces las disfunciones familiares.
Estas crisis son denominadas normativas o
transitorias. El término transitoria está utilizado, como señala Pérez
C. "en un sentido cinético y no en el sentido temporal de la palabra,
esto es: una crisis es transitoria en función de que posibilite o no el paso de
una etapa a la otra del ciclo vital y no se refiere en ningún sentido al tiempo
de duración de la crisis".
Sin embargo, la dinámica familiar como todo proceso
en desarrollo no es lineal y ascendente. Este proceso se ve afectado en muchas
ocasiones por situaciones, que introducen cambios en su estructura y
funcionamiento, debido a la existencia de hechos que actúan como fuentes generadoras
de estrés, como es el caso del divorcio, padecimiento de una enfermedad
crónica, o el fallecimiento de un miembro de la familia, los cuales tienen una
expresión particular en cada familia en dependencia de su historia, su propia
dinámica, de la significación que asigna al evento o situación, y de los
recursos con que cuenta para hacerle frente. En este caso las tareas que debe
desarrollar la familia, son tareas de enfrentamiento que se derivan de las
llamadas crisis no transitorias o paranormativas.
Como hemos visto las crisis familiares están
asociadas tanto a la ocurrencia de determinadas situaciones transitorias de la
vida familiar como el matrimonio, el nacimiento de un hijo, la jubilación, que
dan lugar a las llamadas crisis normativas; como también por situaciones o
hechos accidentales, que desencadenan las crisis no transitorias o
paranormativas, que generalmente tienen un mayor costo para la salud. Las
crisis familiares han sido abordadas por algunos autores dada la importancia
que le atribuyen en la salud familiar.
Al término crisis se le han dado diferentes
significados, según la intencionalidad de los estudios de los diferentes
autores. Es una palabra que arrastra, desde siglos, un significado dramático y
negativo, del cual, recién en los últimos tiempos y con el desarrollo de las
nuevas concepciones sobre las crisis evolutivas, se ha tratado de dar un
concepto más positivo. Derivada etimológicamente de un vocablo griego, crisis
significa separación y elección, definiéndose con estas 2 acciones un proceso
dinámico compuesto por un período, en el que deben producirse una separación
(de algo - alguien), antes de que pueda darse una elección (de algo-alguien)
como expresión de una evolución madurativa; y entre ambos un tiempo, un antes y
un después. La comunidad científica, que considera la crisis como un fenómeno
evolutivo que da lugar a nuevos estados organizacionales, plantea haber
rescatado este concepto, considerándola como una expresión de interrelación,
donde no se puede concebir un tiempo sin el otro, donde no hay elección si no
hay separación y ésta tiene que ser previa en aquella.
Hamilton, Mc Cubbin y Fegley en su libro Stress and Family
conceptualizan las crisis como un aumento de la disrrupción, desorganización o
incapacidad del sistema familiar para funcionar. La familia en crisis se
caracteriza por la inhabilidad a retornar a la estabilidad, y a la constante
presión a hacer cambios en la estructura familiar y en los modelos de
interacción.2
Patterson J. plantea que la crisis familiar se caracteriza por
una desorganización familiar, donde los viejos modelos y las capacidades no son
adecuados por largo tiempo y se requiere un cambio. Para este autor muchas
crisis familiares son normativas que requieren cambios en la estructura y reglas
familiares. Otras crisis son previamente promovidas por decisiones familiares
para hacer mayores cambios; por ejemplo, cuando se hace un plan para mejorar el
funcionamiento familiar y lograr una mejor satisfacción de las necesidades
individuales y familiares. En otras situaciones la familia es impulsada hacia
la crisis por la ocurrencia de eventos estresores no normativos, tales como, un
accidente fatal en un miembro de la familia.
Este modelo ve las crisis
familiares como una variable continua que refleja la total ruptura del sistema,
como por ejemplo, cuando ocurre un divorcio; también considera que existen
crisis menores, que son virtualmente imperceptibles por la familia. Las crisis
familiares representan el final del viejo sistema familiar, emergiendo nuevas
formas de interacción.3
Cohen y Ahearn definen la crisis como una situación vital que
incluye cambios, amenazas o dificultades, que originan desequilibrio personal.
Puede derivarse de factores del desarrollo, como la pubertad, embarazo o edad
madura; o de factores accidentales, incluidos un accidente automovilístico,
incendio o desastre natural.4
Pusimos en su consideración diferentes acepciones
del término crisis, algunas más próximas al significado de catástrofe,
disrrupción, destrucción, con mayor énfasis en los aspectos negativos de éstos,
y otros que le dan un valor positivo que implica maduración, desarrollo y
crecimiento.
En nuestra opinión las crisis no siempre resultan
negativas a la familia ni se derivan de eventos traumáticos, desagradables,
catastróficos.
Las crisis relacionadas con el tránsito por las etapas del ciclo
vital, las llamadas normativas, son situaciones que demandan cambios en el
sistema, que generalmente significan contradicciones, desacuerdos, separación
de viejos modelos de interacción, o asimilación de nuevas formas
organizacionales; modificaciones éstas que contribuyen a la maduración,
desarrollo y crecimiento del sistema familiar.
Louro I. señala que el vocablo crisis no implica la
vivencia de circunstancias negativas o la máxima expresión de un problema, sino
también la oportunidad de crecer, superar la contradicción con la consiguiente
valencia positiva. Las crisis no son señales de deterioro, suponen riesgos y
conquistas, son motores impulsores de los cambios. La familia en crisis no es
necesariamente una familia disfuncional o problemática. El hecho de vivir en
crisis no es necesariamente la causa de disfunción familiar, sino el modo cómo
se enfrenta.
Ahora bien, existen las crisis para-normativas, que
no son más que aquellos cambios o transformaciones que experimenta la familia
en cualquiera de sus etapas de desarrollo, que no están relacionadas con los
períodos del ciclo vital, sino con hechos situacionales o accidentales; por
ejemplo, divorcio, separación, abandono, muerte. Estas crisis suelen tener un
impacto más desfavorable en la familia y un costo mayor para la salud.5
Ortiz T. plantea que los eventos que desencadenan estas
crisis son:
- Eventos de desmembramiento: son aquellos eventos vitales familiares, que constituyen separación de algún miembro y que provocan crisis por esta pérdida familiar (hospitalización, separación, divorcio, muerte).
- Eventos de incremento: son aquellos, que provocan crisis por incremento a causa de la incorporación de miembros en la familia (adopciones, llegadas de familiares).
- Eventos de desmoralización: son los que ocasionan crisis de este tipo por constituir hechos que rompen con las normas y valores de la familia (alcoholismo, infidelidad, farmacodependencia, delincuencia, encarcelamiento, actos deshonrosos).
- Eventos de desorganización: son aquellos hechos que obstaculizan la dinámina familiar, y que por su naturaleza y repercusión facilitan las crisis familiares por desorganización (pareja infértil, divorcio, accidentes, enfermedades psiquiátricas, graves y retraso mental).
Las
crisis paranormativas se clasifican en crisis por incremento, desmembramiento,
atendiendo a la estabilidad de la membresía y de desorganización y
desmoralización, por el efecto que causan en la dinámica familiar.
En el caso de la familia es importante, no sólo
medir la ocurrencia del evento vital familiar, sino la vivencia que tiene la
familia del evento.
Un evento vital no genera por sí solo crisis
familiar, sino que éste es un proceso en el cual se implican otros elementos:
- La significación que la familia asigna al evento vital familiar.
- Los recursos con que cuenta la familia para hacer frente a las exigencias de ajuste del evento vital familiar.6
El
significado que la familia asigna al evento va a depender de cómo la perciba
ésta. La repercusión del evento varía en dependencia de la atribución del
significado que tenga en cada familia. Tanto la significación, como los
recursos pueden hacer variar la dimensión y el sentido de la crisis.7-9
Otro
puntal importante es la flexibilidad, ya que en la medida que la organización
interna de la estructura familiar sea más flexible, permitiendo adoptar nuevos
roles y reglas, se facilitará la solución de los conflictos.
Esta capacidad del
sistema da lugar al recurso de adaptabilidad, que no es más que la capacidad de
la familia para enfrentar los cambios y adaptarse al medio social; es decir, la
habilidad para cambiar de la estructura de poder, las relaciones de rol y las
reglas en dependencia de la nueva situación.
La permeabilidad es otro recurso familiar que se
refiere a la capacidad de la familia de abrirse hacia otras instituciones de la
sociedad, permitiendo la relación prudente de sus miembros con otros
subsistemas. Se manifiesta en la posibilidad de solicitar y permitir la ayuda
desde fuera del sistema familiar. La apertura del sistema facilita el apoyo
social de otras familias, de los amigos y compañeros más cercanos, y de otras
instituciones sociales como pudiera ser el Médico de la Familia.
El apoyo social es un recurso que se puede referir
al propio sistema cuando es la familia la que actúa como sistema de apoyo,
brindando ayuda a todos sus miembros, o cuando la recibe de otras personas,
grupos o instituciones.10
Tanto los eventos normativos como los
paranormativos, tienen algunas especificidades que los caracterizan: por
ejemplo, algunos eventos normativos se pueden prever, lo que permitiría hacer
análisis con antelación, y redundaría en una preparación mejor para
enfrentarlo; mientras que algunos eventos paranormativos pueden ser esperados,
como es el caso de una hospitalización planificada, o una muerte después de un
período largo de enfermedad. Muchos no se pueden prever como el caso de la
muerte súbita, o por accidente, y el suicidio.
En ambos existen experiencias previas con algunos
eventos: en los normativos se transmiten las experiencias de una generación a
otra, como es el caso del embarazo, o la adolescencia; en los eventos
paranormativos, la experiencia previa es menor, aunque en el divorcio, o la
muerte de un miembro de la familia, es posible la existencia de experiencias
anteriores en la familia.
La persistencia en el tiempo de las crisis que
desencadenan los diferentes eventos, varía en dependencia del evento.
Generalmente en los normativos el tiempo de la duración de las crisis es más
breve, aunque por las características de algunos eventos, como la adolescencia,
que está contemplada en un rango de edad mayor en estos momentos, pudiera
considerarse con mayor tiempo de duración. En el caso de las paranormativas el
período de duración de las crisis puede ser más prolongado y su recuperación
más tardía. Esto no descarta que por la forma de enfrentamiento positivo de
algunos de estos eventos se recuperen más rápido de la crisis.
El sentido de pérdida se tiene que ver también en
dependencia del evento, aunque normalmente los normativos son menos drásticos
en cuanto a la pérdida, hay que tener en cuenta la viudez, que sí tiene un gran
sentido de pérdida. En los eventos paranormativos, el sentido de pérdida es más
impactante en los eventos de desmembramiento, y no así en el resto. El impacto
emocional y el daño a que se expone la familia, en los eventos normativos,
puede tener menor intensidad, que en los paranormativos.
Propuesta de intervención ante
las crisis familiares
Antes de
poner en práctica los procedimientos que apoyen y guíen a la familia a la
recuperación, es necesario hacer una evaluación de la situación familiar, donde
se deben tener en cuenta los siguientes aspectos:
- Tipo de evento ocurrido, experiencias previas, intensidad de los factores estresantes.
- La forma en que afectó a la familia, grado de desorganización y la conducta familiar reactiva ante el evento.
- La historia de otras crisis familiares, los mecanismos de resolución de las crisis usuales, y los métodos de que dispone la familia para enfrentar las crisis.
- Habilidad para adaptarse a la nueva situación, grado de flexibilidad del sistema familiar.
- Nivel de apoyo disponible y de recursos familiares en general.
- Nivel de aceptación de la ayuda.
Estos
elementos pueden brindar, en alguna medida, una valoración de los posibles
pronósticos de la capacidad adaptativa de la familia.
Entre los objetivos fundamentales, a los que deben
ir encaminados la intervención podemos citar reforzar o fomentar los mecanismos
adaptativos de la familia; ayudar a reordenar y a organizar el funcionamiento
familiar; y ayudar a la familia a reconocer sus propios recursos protectores,
que le permitan el reordenamiento familiar.
La resolución de la crisis está dirigida a la
adaptación y a la recuperación del equilibrio familiar y los pasos a seguir
para lograr esa resolución de la crisis son los siguientes:
- Identificación de la fuente de estrés, detallar las causas que llevaron a la familia a la crisis.
- Analizar la situación como un problema de toda la familia, y no de algunos miembros nada más.
- Redimensionar la situación, manejando el significado y la gravedad del problema; ayudar a minimizar los efectos de la desorganización.
- Buscar opciones para la solución del problema con los propios recursos de la familia, alentarlos en la búsqueda de nuevas soluciones.
- Reforzar las soluciones positivas y destacar las habilidades familiares en la solución de los problemas.
- Tratar de que la familia integre las nuevas situaciones a los acontecimientos cotidianos de la vida familiar.
- Ayudar a la familia a recuperar la sensación de control, disminuyendo las sensaciones de impotencia, y las creencias de la carencia de habilidades para resolver los problemas.
- Flexibilizar el sistema familiar.
- Guiar y regular los esfuerzos adaptativos de la familia.
CONCLUSIONES
El
enfoque evolutivo de las crisis familiares ha permitido cambios en su
conceptualización.
Las crisis familiares no siempre tienen consecuencias
negativas, ni son referidas siempre a circunstancias traumáticas, sino que
están relacionadas también con acontecimientos normales del desarrollo
familiar. La familia en crisis no es siempre una familia disfuncional, son
situaciones de cambio, que implican transformaciones en el sistema familiar,
pero si la familia es capaz de asimilar estas reestructuraciones, pueden ser
fuente de crecimiento y desarrollo familiar.
El evento familiar, por sí solo, no genera crisis,
depende siempre del significado que le otorga la familia, y su repercusión va a
estar relacionada, tanto con la capacidad adaptativa de la familia, como con el
resto de los recursos con que cuenta la misma. Las acciones de prevención
estarían orientadas fundamentalmente a fomentar la capacidad adaptativa de la
familia.
. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
- OMS. La salud y la familia. Estudios sobre la demografía de los ciclos de vida de la familia y sus implicaciones en la salud. Ginebra: OMS, 1978:34 (Serie de Informes Técnicos; No. 62).
- Hamilton I, Mc Cubbin A, Figley C. Stress and family. Coping with catastrofe. New York: 1983;Vol2:5-50.
- Patterson J, Garwick A. Levels of meaning in family stress theory. Fam Process 1994;33(3):287-304.
- Cohen R, Ahearn F. Manual de la atención de salud mental para víctimas de desastres. México: Editorial Harla, 1989:22-24.
- Patterson J. Families experiencing stress family. Syst Med 1988;6(2):200-30.
- Pérez C. Crisis familiares no transitorias. Rev Med Gen Integr 1992;8(2):144-51.
- Soto Y. Características de las manifestaciones del estrés y su relación con la familia. La Habana:Editorial Pueblo y Educación, 1991;20-30.
- Bages N. Estrés y salud. El papel de los factores protectores. Comportamiento 1990;1(1):16-27.
- Bogd F, Steiner G, Boland M. Children, families and HIV/AIDS. New York: Guilfort, 1995;115-17.
- Zaldívar D. Conocimiento y dominio del estrés. La Habana: Editorial Ciencia y Técnica, 1996:5- 40.
Recibido:
10 de marzo de 1999. Aprobado: 25 de mayo de 1999.
Lic. Idarmis González Benítez. Edificio SP 20. apto. 36. Micro X. Alamar. Habana del Este, Ciudad de La Habana, Cuba.
Lic. Idarmis González Benítez. Edificio SP 20. apto. 36. Micro X. Alamar. Habana del Este, Ciudad de La Habana, Cuba.



Buenas Tardes, me gustaría saber el nombre del autor de la publicación.
ResponderBorrarque gran publicación, me encanto la conclusion
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